Dulce de chocolate blanco y praliné de almendras con arándanos

Hacer turrón en casa en más fácil de lo que parece. Además, así podremos personalizarlo y añadir los ingredientes que más nos agraden: naranja confitada, cereales, frutos secos... Nosotros en este caso hemos decidido ponerle arándanos, pues nos ha parecido que tanto el sabor como el color de esta fruta combinan muy bien con el chocolate blanco que hemos usado para la base del turrón. Por otro lado, en lugar de usar tanta manteca o mantequilla como emplean en otras recetas de turrón casero, hemos preferido disminuir la cantidad de este ingrediente e incorporar en su lugar un rico praliné de almendras que hará más agradable el sabor de nuestro turrón.

Ingredientes - 360 g de chocolate fondant blanco (para postres). - 70 g de crema de almendras (podéis hacerla o usar la del supermercado). - 35 g de margarina o mantequilla. - 30 g de arándanos desecados.

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Elaboración

Podéis encontrar el proceso de elaboración en la siguiente vídeo-receta. ¡Es muy fácil!. El vídeo dura menos de 3 minutos. Para verlo, PINCHAD AQUÍ o en la siguiente imagen.

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Copas de cuajada y dulce de mandarina

Aunque las comidas o cenas sean abundantes, suele quedar hueco para el postre y a veces se agradece que sea dulce pero que no resulte pesado. Desde nuestro blog os sugerimos estas copas de cuajada y dulce de mandarina. Son vistosas, fáciles de hacer, resultan deliciosas, y pueden elaborarse con leche desnatada, por lo que serán menos las calorías ingeridas.

Ingredientes - 300 g de galletas María. Esta cantidad es orientativa, pues dependiendo de la consistencia de las galletas que utilicemos podríamos necesitar más o menos. - Para la cuajada:   · 24 g de cuajada en polvo.   · 1 l de leche.   · 110 g de azúcar blanca.   · 16 g de azúcar vainillado. - Para la gelatina:   · 0.5 l de zumo de mandarina dulce.   · 10 g de gelatina neutra en hojas (aproximadamente 6 láminas de gelatina).

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Elaboración

Podéis encontrar el proceso de elaboración en la siguiente vídeo-receta. El vídeo dura menos de 4 minutos. Para verlo, PINCHA AQUÍ o en la siguiente imagen. ¡Merece la pena!

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Sopa de tortellini a la parmesana

¿Te gusta más la sopa o la pasta? No es necesario que respondas ahora. Con el plato que aquí presentamos se pueden disfrutar las dos a la vez. Te recomendamos esta sopa de tortellini a la parmesana porque además de estar buena, es fácil y rápida de hacer, gusta tanto a pequeños como a mayores y se puede tomar para comer o para cenar. Demuestra a los tuyos que una sopa no tiene por qué ser aburrida.

Ingredientes   - 1 litro de caldo de carne (puede ser casero o envasado). - 250 g de tortellini de carne frescos de tamaño pequeño. - 30 g de queso parmesano rallado. - Hierbas provenzales - Sal a gusto.

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Vídeo-receta paso a paso

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Elaboración de la receta

1) Partimos del caldo de carne ya preparado. Viértelo en una olla que tenga la capacidad adecuada.

2) Calienta el caldo a fuego medio-alto, hasta que hierva.

3) Cuando hierva el caldo, introduce en él los tortellini y sigue calentando.

4) Cuando el caldo vuelva a hervir, deja que la pasta se cueza durante un tiempo ligeramente inferior al indicado por el fabricante.

Es preferible que la pasta sea fresca, pues se cocerá en menos tiempo y así evitaremos que se evapore demasiado caldo durante el proceso. Si aún así el caldo se redujese demasiado durante la cocción de la pasta, puedes agregar un poco de agua (pero no demasiada) y rectificar de sal.

Cuando la pasta esté casi al dente, apártala del fuego y déjala reposar un par de minutos. ¿Por qué se aparta la pasta del fuego antes de que esté al dente? El motivo es que estamos cociendo la pasta en el mismo caldo en el que la vamos a servir, por lo que al no tener que escurrirla, seguirá cociéndose un poquito más mientras el caldo esté caliente, aunque ya no esté en el fuego. No queremos que nuestra pasta quede demasiado blanda y por ello apagamos el fuego antes de que termine de cocerse.



5) Sirve la sopa caliente, acompañada de queso parmesano rallado y hierbas provenzales, espolvoreadas en cada plato a gusto del comensal en el momento de servir en la mesa. Si lo prefieres, puedes servir el queso en un cuenco aparte para que cada uno pueda ponerse la cantidad que desee.

¡Así de fácil y así de rica!

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Gelatina de mandarina

La gelatina está principalmente compuesta por colágeno. Por ello, ayuda a mejorar la salud de aquellas partes de nuestro cuerpo en las que el colágeno interviene de forma decisiva, como son nuestra piel, cabello, uñas, así como las articulaciones y los tendones. Si unimos a los beneficios de la gelatina los de una fruta como es la mandarina, obtendremos un postre de lo más saludable, tanto para nosotros como para los más pequeños de la casa. Aquí tienes la receta de una refrescante gelatina de mandarina, cargada de vitamina C y muy fácil de hacer. Además, le hemos dado forma de osito para que resulte más atractiva para los niños.

Ingredientes - 1 litro de zumo de mandarina. - 20 g de gelatina neutra en láminas (aproximadamente, 12 hojas de gelatina). - Azúcar a gusto. Como ves, partimos del zumo de mandarina ya exprimido. Para un litro, hemos necesitado exprimir aproximadamente dos kilos de mandarinas, así que te recomendamos que lo hagas con un exprimidor eléctrico y una buena dosis paciencia :-) Si no te gusta la pulpa, puedes colar el zumo. Nosotros hemos dejado la pulpa.

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Elaboración de la receta

Una vez tengas listo el zumo de mandarina, añade el azúcar y mezcla hasta conseguir el dulzor deseado. Los siguientes pasos los enumeramos a continuación y un poquito más abajo puedes ver el paso a paso en imágenes.

1) Del zumo de mandarina, aparta unos 200 ml en un recipiente e introduce en él los 20 gramos de gelatina neutra en láminas.

2) Lleva la gelatina neutra en láminas hasta el fondo del recipiente, de forma que quede bien cubierta por el zumo. Deja la gelatina en remojo unos 5 minutos, o el tiempo que indique el fabricante, hasta que se hinche y ablande.

3) Comprueba el estado de la gelatina. Si se ha hinchado y ablandado, continúa. En caso contrario, déjala en remojo un poco más.

4) Cuando la gelatina esté blanda, escúrrela ayudándote por un colador. No tires el zumo escurrido. Vierte dicho zumo en un cazo.

5) Añade al cazo otros 100 mililitros adicionales de zumo de mandarina y calienta a fuego medio, sin que llegue a hervir. Puesto que durante la cocción el zumo pierde vitaminas, hemos calentado la menor cantidad de zumo posible. Al fin y al cabo lo único que perseguimos con este paso es poder disolver posteriormente las hojas de gelatina que tenemos ya ablandadas.

6) Cuando esté caliente, retira el cazo del fuego e incorpora inmediatamente después las hojas de gelatina que habías hidratado previamente.

7) Remueve hasta que la gelatina se disuelva por completo.

8) Poco a poco, ve añadiendo el resto de zumo (quedaban unos 700 ml) a la mezcla que contiene la gelatina (y no al revés), sin parar de remover.

9) Mezcla bien.

10) Introduce la mezcla en un recipiente y enfría durante 3 - 4 horas en el frigorífico.

Cuando el postre solidifique, desmolda y disfruta de una rica gelatina de mandarina casera.

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Cuajada baja en lactosa a la vainilla

¿Os gusta la cuajada? ¡A nosotros nos encanta! Pero cuando se es intolerante a la lactosa no se puede tomar con alegría. Al menos por ahora, no es común encontrar en los supermercados cuajada sin lactosa. Yogures sin lactosa, sin embargo, hay para todos los gustos. Y como no queremos renunciar a la cuajada, nosotros nos decantamos por hacerla en casa utilizando para ello leche sin lactosa.

¿Por qué hablamos de cuajada baja en lactosa y no de cuajada sin lactosa? Muy sencillo... a pesar de que vamos a usar leche sin lactosa y de que entre los ingredientes de la cuajada en polvo que hemos utilizado no aparezca la leche, en el etiquetado de la cuajada en polvo aparecía la expresión "puede contener trazas de leche". Esto quiere decir que es posible que el polvo de cuajada, cuando aún estaba siendo manipulado en fábrica, haya pasado por una banda de alimentos por la que también hayan circulado alimentos con leche. Por ello, la cuajada cuya receta os damos a continuación la podrán tomar personas intolerantes a la lactosa, pero no aquellos que tengan alergia a la leche.

Ingredientes - 24 g de cuajada en polvo. - 1 litro de leche sin lactosa. - 110 g de azúcar blanco. - 16 g de azúcar vainillado. En este caso hemos usado leche desnatada, pero vosotros podéis usar leche semidesnadatada o entera si lo preferís. Con leche entera, la cuajada saldrá mucho más cremosa.

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Elaboración

Del litro de leche fría (o a temperatura ambiente), separamos un vaso y añadimos en él la cuajada en polvo, removiendo bien hasta su completa disolución. Debemos asegurarnos de que no quedan grumos. Reservamos.

     

En un cazo, ponemos el azúcar blanco y el azúcar vainillado.

Añadimos lo que ha quedado de leche al separar el vaso. Mezclamos bien.

Cocemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que hierva.

Cuando hierva, añadimos el vaso de leche en el que habíamos disuelto los polvos de cuajada.

Mezclamos bien y seguimos cociendo a fuego medio, removiendo de vez en cuando.

Llevamos la mezcla a ebullición.

 

Cuando hierva, retiramos del fuego y dejamos reposar un minuto.

Tras el minuto de reposo, volvemos a poner la mezcla en el fuego.

 Cocemos hasta que vuelva a hervir, sin dejar de remover.

 Apartamos del fuego y antes de que se enfríe, vertemos la mezcla en vasos.

Podemos decorar los vasos de cuajada con una galleta (opcional). Dejamos enfriar en la nevera al menos cuatro horas.

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